Dante en la Divina Comedia en el canto XXVI del Infierno habla con Virgilio en el círculo octavo donde están las almas de Ulises y Diomedes. Este le pregunta a Ulises dónde y cómo murió. Ulises le cuenta lo siguiente: “… Lanceme al alto y anchuroso mar con un solo bajel y los pocos compañeros que nunca me abandonaron. Vi una y otra costa hasta España, hasta Marruecos y la Isla de los Sardos y las demás que baña entorno aquel mismo mar. Éramos viejos e inhábiles yo y mis compañeros cuando llegamos a la estrecha embocadura donde Hércules fijó sus límites para que hombre alguno no pasase más allá, y dejé a mi mano derecha a Sevilla, como a la opuesta había ya dejado Ceuta. Y dije a mis compañeros: ¡Oh hermanos míos, que por entre cien mil peligros habéis llegado al Occidente! No neguéis a este breve goce que os queda de vuestros sentidos el intento de encaminaros hacia el sol, al mundo deshabitado. Considerad cual es vuestro origen, que no habéis sido hechos para vivir entre los brutos, sino para adquirir virtud y ciencia.
Con esta breve arenga infundí en mis compañeros tal ansia de caminar , que a duras penas hubiera podido luego detenerlos; y vuelta al levante nuestra popa, hicimos alas de los remos, siguiendo el insensato rumbo y torciendo siempre al costado izquierdo. Por la noche veía ya todas las estrellas del opuesto polo, y el nuestro tan sumamente bajo, que no sobresalía de la superficie de las aguas. Cinco veces se había iluminado y otras tantas perdido su luz el disco de la luna, desde que habíamos entrado en el alto mar, cuando se nos apareció una montaña a la que la distancia daba un color oscuro, la cual me pareció tan encumbrada, que no he visto tanto ninguna otra. Fue grande nuestro alborozo, mas presto se tornó en llanto, porque de la nueva tierra salió un torbellino que cayendo sobre la parte delantera de nuestro bajel, tres vueltas le hizo dar con las ondas arremolinadas, y a la cuarta levantó en alto la popa y hundió la proa como plugo a alguien, hasta que volvió el mar a cerrarse sobre nosotros.
Si estudiamos lo que Dante dice, nos daremos cuenta que habla de un mundo (y no de islas) que se encuentra navegando hacia el oeste pasando por el Estrecho de Gibraltar. Se llega a este mundo navegando con rumbo suroeste y después de ver cinco veces la luna (140 días) ven una gran montaña. Hemos de recordar que Colón en su travesía con naves más veloces, vió 3 veces la luna: Agosto, Septiembre y Octubre.
Ulises relata que tenía las estrellas muy bajas en el horizonte. Esto significa que navegaba muy cerca del ecuador, sin pasarlo, pero ya veía la Cruz del Sur (La estrella del opuesto polo). Esta estrella se devisa desde siete grados norte. Por lo tanto Ulises navega con rumbo suroeste sobre el paralelo 7 norte. En esa dirección la única tierra que encontraríamos es Brasil, y los montes son los de Tumuc Humac que forman la frontera natural con la Guayana Francesa.
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