jueves, 11 de noviembre de 2010

RAMON LLULL

También tenemos un escrito de este gran personaje que en el siglo XII escribió: “…Toda causa principal del flujo y reflujo del Mar Grande o de Inglaterra, es el arco de agua del mar, que en el Poniente estriba en una tierra opuesta a las costas de Inglaterra, Francia y España y toda la confinante de África, en las que ven los ojos el flujo y reflujo de las aguas, porque el arco que forma el agua como cuerpo esférico es preciso que tenga estribos opuestos en que afiance, pues de otro modo no pudiera sostenerse; y por consiguiente, así como en esta parte estriba en nuestro continente que vemos y conocemos, en la parte opuesta del Poniente estriba en otro continente que no vemos ni conocemos desde acá; pero la verdadera filosofía que conoce y observa por los sentidos la esfericidad del agua y su medio flujo y reflujo, que necesariamente pide dos opuestas vallas que contengan el agua tan movediza y sean pedestales de su arco, infiere que necesariamente en la parte que nos es occidental, hay continente en el que tope el agua movida, así como topa en nuestra parte respectivamente oriental…” [1]






[1] Raimundo Lulio. “Quaestiones per Artem Demosdtrativam Solubiles” Cuestión nº 154

RELATOS DE DANTE ALIGHIERI

Dante en la Divina Comedia en el canto XXVI del Infierno habla con Virgilio en el círculo octavo donde están las almas de Ulises y Diomedes. Este le pregunta a Ulises dónde y cómo murió. Ulises le cuenta lo siguiente: “… Lanceme al alto y anchuroso mar con un solo bajel y los pocos compañeros que nunca me abandonaron. Vi una y otra costa hasta España, hasta Marruecos y la Isla de los Sardos y las demás que baña entorno aquel mismo mar. Éramos viejos e inhábiles yo y mis compañeros cuando llegamos a la estrecha embocadura donde Hércules fijó sus límites para que hombre alguno no pasase más allá, y dejé a mi mano derecha a Sevilla, como a la opuesta había ya dejado Ceuta. Y dije a mis compañeros: ¡Oh hermanos míos, que por entre cien mil peligros habéis llegado al Occidente! No neguéis a este breve goce que os queda de vuestros sentidos el intento de encaminaros hacia el sol, al mundo deshabitado. Considerad cual es vuestro origen, que no habéis sido hechos para vivir entre los brutos, sino para adquirir virtud y ciencia.
Con esta breve arenga infundí en mis compañeros tal ansia de caminar , que a duras penas hubiera podido luego detenerlos; y vuelta al levante nuestra popa, hicimos alas de los remos, siguiendo el insensato rumbo y torciendo siempre al costado izquierdo. Por la noche veía ya todas las estrellas del opuesto polo, y el nuestro tan sumamente bajo, que no sobresalía de la superficie de las aguas. Cinco veces se había iluminado y otras tantas perdido su luz el disco de la luna, desde que habíamos entrado en el alto mar, cuando se nos apareció una montaña a la que la distancia daba un color oscuro, la cual me pareció tan encumbrada, que no he visto tanto ninguna otra. Fue grande nuestro alborozo, mas presto se tornó en llanto, porque de la nueva tierra salió un torbellino que cayendo sobre la parte delantera de nuestro bajel, tres vueltas le hizo dar con las ondas arremolinadas, y a la cuarta levantó en alto la popa y hundió la proa como plugo a alguien, hasta que volvió el mar a cerrarse sobre nosotros.
Si estudiamos lo que Dante dice, nos daremos cuenta que habla de un mundo (y no de islas) que se encuentra navegando hacia el oeste pasando por el Estrecho de Gibraltar. Se llega a este mundo navegando con rumbo suroeste y después de ver cinco veces la luna (140 días) ven una gran montaña. Hemos de recordar que Colón en su travesía con naves más veloces, vió 3 veces la luna: Agosto, Septiembre y Octubre.
Ulises relata que tenía las estrellas muy bajas en el horizonte. Esto significa que navegaba muy cerca del ecuador, sin pasarlo, pero ya veía la Cruz del Sur (La estrella del opuesto polo). Esta estrella se devisa desde siete grados norte. Por lo tanto Ulises navega con rumbo suroeste sobre el paralelo 7 norte. En esa dirección la única tierra que encontraríamos es Brasil, y los montes son los de Tumuc Humac que forman la frontera natural con la Guayana Francesa.

domingo, 7 de noviembre de 2010

RELATO DE AL-IDRISI

El geógrafo del siglo XII Al-Idrisi dice: “…De Lisboa partieron los aventureros cuya expedición tenía por objeto averiguar lo que encierra el océano y cuales son sus límites…”
“…Se reunieron ocho hombres, todos parientes, y construyeron un barco mercante. Embarcaron agua y víveres suficientes para una navegación de varios meses y se hicieron a la mar con el primer soplo de viento…”
 Al-Idrisi habla de la isla atlántica de Saun cuyos habitantes “exhalan un aliento como humo de madera ardiendo, son imberbes y se cubren con hojas de árboles
Es muy posible que se refiera a los indios de Las Antillas  que fumaban tabaco y andaban desnudos.
Bien es cierto que en esta época corrian innumerables historias sobre islas del Atlántico: La Antilia, Breasail, Vac Vac, Mon Satanaxia, Isla de Las Srpientes, Santanazaror, Fortunata, Zarzo, etc… Al-Idrisi las cifraba en más de 27.000 islas.


LOS VIKINGOS

Hay un dato real, los vikingos llegaron a las costas de América. ¿Llegaron allí por que conocían los viajes de los monjes de San Brandán?
Fueron en repetidas ocasiones y por diferentes motivos a las costas que ellos llamaban Vinland (Tierra de hierba) pero nunca consideraron de gran interés lo que allí vieron porque siempre volvieron a su tierra natal.
El primero en llegar a América fue Bjorne Herjulfson o Bjarni Herjolfsson que zarpó rumbo a Islandia y Groenlandia buscando a su padre y llegó arrastrado por los vientos a una tierra que no les pareció que valiera la pena y cuatro días después pusieron rumbo a Groenlandia donde contaron su experiencia y hacia el año 1000, Leif Ericson, hijo de Eirikhinn Raudi (Erik el Rojo) le compró el barco llamado Bjorn y llegó a América desembarcando n diferentes lugares como Hlluland (Tierra de losetas), Marklandia (Tierra de bosques), Vinland hit Goda (Tierra de hierba la buena), donde construyeron chozas para el invierno después del cual regresaron a Groenlandia.
Luego fue su hermano Thorvald quien volvió a Vinlandia a seguir explorando y se encontraron con habitantes del lugar y los mataron a todos, excepto a uno quien avisó a la tribu yendo todos a por los invasores. Los vikingos huyeron en su barco pero hirieron a Thorvald con una flecha y finalmente este murió. Su cuerpo lo fue a buscar al año siguiente su hermano Thorstein junto a su mujer Gudrid y 25 fornidos vikingos. Este fue un viaje desastroso y Thorstein murió.
Gudrid se casó al año siguiente con Thorfinn Karlsefni y decidieron volver a Vinlandia con 60 hombres y 5 mujeres. Aquello acabó mal y regresaron los supervivientes a Islandia. Cuando Karlsefni murió, Gudrid peregrinó a Roma y a su regreso se hizo monja de clausura, aunque ya había tenido un hijo de nombre Snorre, que fue el primer europeo, documentado, nacido en América.
Los vikingos siguieron realizando viajes a Vinlandia hasta 1347, último viaje conocido.

sábado, 6 de noviembre de 2010

SAN BORONDÓN IV

Los monjes, buscando su soledad, tuvieron que encontrar otros lugares y 14 años después emigraron a la costa sudoeste de Groenlandia. El LIBELLUS ISLANDORUM, escrito por Ariel el Sabio nos dice: “…los fundadores de los establecimientos normandos en Groenlandia  han encontrado en el país habitaciones humanas, tanto hacia el este como hacia el oeste; utensilios de piedra rotos y restos de embarcaciones, lo cual demuestra que había vivido allí algún pueblo…”. Finalmente también llegaron allí los vikingos en el 982, pero ya no encontraron a los monjes (o Papar como ellos los llamaban). ¿Dónde habían ido? ¿Habrían proseguido hacia el oeste?.
Algunas tradiciones nórdicas hablan de un país llamado La Gran Irlanda (Ireland It Mikla) o El País de los Hombres Blancos (Huitramanaland). Podría ser América. Probablemente esta tierra es lo que hoy forma Nueva Inglaterra.
Las embarcaciones que usaban, Los Curragh, fueron probadas en 1976 por Timothy Severin quien construyó una y llegó a las costas de Terranova navegando al igual que en la época de los monjes.
El geógrafo americano J. Johnston informó, en 1819, acerca de una leyenda que había recogido entre los indígenas de Florida y de Carolina del Sur. Los indígenas afirmaban que, desde varios siglos antes, sus tierras habían sido habitadas por los blancos que empleaban armas y utensilios de hierro.
Si San Brandán llegó a la famosa isla lo desconocemos. Colón no creía en la historia, aunque sí Martin Behaim, que llegó en 1484 a Portugal y escuchó la historia y así en su globo terráqueo de 1492 aparece la isla muy al oeste unos grados arriba del ecuador.
Leonardo Lorriani, en 1587, identifica en su obra “Descripción de las Islas Canarias” la isla de San Borondón con la Antilia denominándola “la que no se halla”: Esta isla tiene 264 millas de largo y 93 millas de ancho. Se extiende de sur a norte y termina casi en los 34º de latitud norte y 29º 17’ en su parte austral. Su longitud desde el meridiano de La Palma a occidente es de 3º y 43 minutos, lo que hace una distancia desde La Palma de 70 leguas españolas, que son 240 millas italianas.
La necesidad de llegar a esta isla aumentó a partir de 1418 cuando se descubrió Madeira que era una tierra que se veía en los días claros desde Porto Santo. ¿No pasaba igual con San Borondón?
El último viaje “oficial” para descubrir la isla de San Borondón se realizó en 1772 y las últimas islas imaginarias desaparecieron de los mapas navales en 1873.

SAN BORONDÓN III

Posteriormente la leyenda de la isla fue extendida en versiones de lenguas nacionales. Según la Navigatio, San Brandano fue visitado por Barinto que comenzó a hablar de cierta isla en la que vivía Mernos (Un discípulo suyo, piloto del rey Arturo, que con asiduidad realizaba el viaje al Edén) con otros monjes juntos navegaron rumbo al oeste hasta otra isla que era conocida con diversos nombres “La Tierra Prometida de los Santos”, “Las islas Bienaventuradas” o “La tierra de las Promesas”….Regiones conocidas como O’Brasil: EL EDÉN.
En los relatos se cuenta que San Brandán realizó dos viajes, uno en el 543 que duró siete años y en el que se exploró las Islas Shetland, y un segundo viaje sobre el 22 de marzo del 551 que lo llevó hasta América con escala en la Isla Jan Mayeu. Llevaba víveres para 40 días, hecho que demuestra que sabía que llegaría a tierra antes de ese tiempo.
Se embarcó junto con 17 monjes irlandeses en una embarcación de cuero impermeabilizado con manteca llamado Curragh. En el segundo viaje y después de ayunar durante 40 días, en períodos de tres días, y cuando casi las provisiones se estaban acabando, divisaron una isla que parecía ser el edén y podría ser la actual Florida.
Esta historia fue alterada a lo largo de los siglos por varios autores, y hasta Vicente Blasco Ibáñez en su obra “Los Argonautas” de 1915 trata el tema de San Brandán, muy alterado y ampliado, como relato de ficción que es.
La secta de los monjes de San Brandán tenía por nombre “Ceilé dé” y era una secta cristiana de monjes solteros y practicantes de la penitencia. Su doctrina contenía numerosos elementos paganos de raigambre celta, que hizo que fueran condenados por el Papa.
El abad Adamnan, superior del monasterio irlandés de San Jonás entre el 679 y el 704, nos dice que un tal Cormac (521 – 597) había hecho el viaje entre Irlanda e Islandia más de tres veces. Parece ser que el afán de buscar la paz llevó a estos monjes hacia el año 700 a las Islas Feroe donde mantuvieron un asentamiento durante unos 100 años. Luego algunos de los monjes de esta comunidad llegaron a Islandia donde pasaron unos 70 años, a lo largo de los cuales fueron llegando nuevos monjes desde Irlanda.

Con este tráfico entre Islandia e Irlanda, el secreto fue desvelado y llegó a oídos de los vikingos que existía la isla y allí llegaron en el 860 y en el 874.

SAN BORONDON II

Para los Gaeles, ese lugar tenía diferentes nombres:
ü      La tierra de la juventud -> Tir nan-Og
ü      La tierra de las promesas -> Tir Taingire
ü      La isla de los héroes -> Flatihon Flaith Innis
ü      El llano de la delicias -> Mag Mell
ü      La tierra de los vivos -> Tir na-m Beo
ü      La gran playa -> Traig mar
En el libro “Leabharna h-Uidtri”, transcrito en el 1100 d. de C. por Maelmuir, se habla de las hazañas de Condla el Hermoso, rey de Irlanda entre el 123 y el 157 d. de C. Se le apareció un hada y le dijo: “…Vengo del país de los vivos en el que no hay ni muerte ni vejes ni falta contra la ley; donde todo el mundo es virtuoso sin esfuerzo, donde la fiesta es perpetua. Allí vivimos nosotros, los hombres y las mujeres del pueblo de los Oteros…Ven Condla…si me acompañas conservarás la juventud…”
El héroe la siguió con su Curagh para la tierra de Bradagh, situada en el extremo oeste, al otro lado del océano. No regresaría jamás.
A San Brandán se le conoce por diversos nombres: Brandanes, Brendan, Brandan, Brenan, Brennain, Brangualadre,  Brevalarv, Bran-valath, Brevala…
La Iglesia dice que no ha existido nunca un santo con ese nombre, aunque Virgilio (que fue canonizado en 1293) difundió que el Edén estaba en Occidente y fue investigado por el Papa Zacarías en el 748. Uno de sus principales argumentos fue la autoridad proezas de San Brandan. Gracias a este hecho, fueron conocidos sus viajes.



Realmente San Brandan existió y llegó a ser abad obispo del monasterio de Clonfert y de Llancarvan. Nació en Irlanda en el 484 y murió en el 577. El Condado de Kerry (en irlandés: Ciarraí ) se encuentra en el suroeste de Irlanda, en la provincia de Munster. Informalmente se lo conoce como El Reino (The Kingdom). Ocupa una extensión de 4.746 km². y su capital es Tralee. El condado es famoso por una ruta llamada "Ring of Kerry" (el anillo de Kerry), durante la que puede contemplarse alguno de los más bellos paisajes de la isla. Limita con el Condado de Limerick (este) y el Condado de Cork (sureste). El censo en 2.002 fue de 132.527 personas y las ciudades más importantes del condado son Tralee, Killarney, Dingle, Listowel, Kenmare, Castleisland. Allí coinciden los historiadores en que St Brendan debió nacer, cerca de Tralee, hoy en el Condado Irlandés de Kerry. Fue bautizado por el obispo Erc de Dungarvan, en el Condado de Waterford quien se aseguró de que un año más tarde Brendan fuera entregado al cuidado de Santo Ita en Killeedy. A la edad de dieciséis años Brendan volvió con Erc, quien continuó su educación por varios años más, antes de complacer el deseo del muchacho de dejarle marchar para estudiar bajo la custodia de otros hombres santos. Erc, posteriormente le volvería a requerir para “ordenar a su pupilo como sacerdote”, y Brendan volvió para esta ceremonia. Entre los santos irlandeses visitados por Brendan estaban Finnian de Clonard, Enda de Aran y Jarlath de Tuam. Fundará una serie de monasterios siendo el más grande Clonfert, en el condado Galway; en él lo enterrarían tras su muerte acaecida en el año 577 a la edad de 93 años. Su leyenda se plasmó literariamente en la “Vita Sancti Columbae”, escrita hacia el 690 y también en otra obra del siglo IX llamada “Navigatio Sancti Brendani Abbatis”. De este texto latino se llegaron a hacer 120 versiones aproximadamente, como también de la anglonormanda del obispo Benedeit del siglo XII. De esta forma, la Isla de San Brandán figuró en todos los mapas posteriores. Es curioso que la primera edición en España se hizo en 1986.

SAN BORONDÓN I

El Pseudo Aristóteles en su tratado “Perithaumasion akousmata” - 84,1, y Diodoro Sículo también se refieren a una isla del Atlántico: “…desierta, poblada de toda clase de bosques y cruzada de ríos navegables y admirable por todos sus frutos…isla tan bella que más parece residencia dichosa de algún dios que habitación de mortales…”.
Para Demetrio de Tarso, gran viajero del que nos habla Plutarco, los celtas de la Bretaña insular serían los primeros en localizar la “tierra de los bienaventurados” en la Isla de Saturno, situada en alguna parte del Mar Croniano. En esta isla, el dios del tiempo, Cronos, era retenido por el gigante de los cien brazos: Briareo.
Al principio, Píndaro (poeta del siglo V a. de C.) situaba este lugar en la tierra de los hiperbóreos. Por eso, su compatriota Teopompo consideró a esos hombres como los más felices mortales.
En este lugar estaba situado el Paraíso y Ulises lo visitó 20 días después de su partida del litoral de los feacios.

sábado, 28 de agosto de 2010

EL HUEVO DE COLÓN

Esta es una famosa historia relatada por el escritor Giordano Benzoni en su obra “Historia del Nuevo Mundo” publicada en Venecia en 1566. La obra está dedicada al Papa Pio IV y es una crónica sobre la acción de los españoles en América. Este libro se incorporó como comentarios a las ilustraciones de los tomos IV, V y VI del libro “Grandes Viajes” del autor De Bry.
Cuenta la historia que cuando Cristóbal Colón llegó a Barcelona después de su viaje descubridor, Pedro González de Mendoza (El cardenal Mendoza), amigo muy querido por Colón, dio un magnífico banquete en honor al Almirante. En la sobremesa de aquella reunión hubo un cortesano que dirigiéndose a Colón le dijo si creía que de no haber sido él el descubridor, hubiera sido otro navegante. En ese momento Colón se levantó y cogiendo un huevo en su mano se dirigió a los comensales retándolos a que procuraran mantenerlo de pie sobre uno de sus extremos, cosa que ninguno pudo hacer. Cuando lo hubieron intentado todos , el Almirante cogió el huevo, le dio un golpe sobre la mesa, y una vez aplastada la cáscara ligeramente por un extremo, lo mantuvo derecho sin esfuerzo diciendo: “A ninguno se le ocurrió esto. Una vez señalado el camino, es fácil seguirlo”.
Hay otra versión del huevo de Colón sin tener como protagonista a Colón… El arquitecto Filippo Brunelleschi, antes de comenzar la construcción de la cúpula de la catedral de Santa María del Fiore de Florencia, le preguntaron los miembros del Gran Consejo de la Lana de la Ópera del Duomo que eran sus mecenas: “¿Cómo vas a solucionar el problema técnico de construir una cúpula tan grande?”. Brunelleschi les contestó: “Igual que se sostiene un huevo de pie”… y cogiendo un huevo lo abolló suavemente  por la parte donde el huevo tiene su pequeña cámara de aire, y el huevo se quedó de pie sobre la mesa ante la cara de asombro de los presentes. Era diciembre de 1418, 74 años antes de que Colón iniciara su viaje.